Por lo visto, el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez ha sido una cloaca de opacidad, corrupción y peculado. En 2022, el ex presidente municipal, Francisco Martínez Neri develó haber encontrado un desfalco financiero cercano a los 400 millones de pesos, de su antecesor. Y si bien, en su momento, ofreció investigar y proceder conforme a la ley, tal parece que en los tres años que tardó en el cargo, la Contraloría Municipal no pudo acreditar su dicho. Es decir, si lo hubo, quedó en la impunidad. No hubo castigo, pues.

Desde octubre de ese año, en que cerró definitivamente el basurero municipal ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila, hasta el mes de septiembre de 2024, más o menos, el gasto en el manejo de los residuos sólidos urbanos representó una suma millonaria. La semana pasada, el actual edil, Raymundo Chagoya reconoció que de dicho rubro están en tela de juicio al menos 400 millones de pesos.

Ahora se habla de un quebranto a la hacienda municipal de 750 millones de pesos. Ello incluye contrataciones apócrifas, pagos excesivos, opacidad en la rendición de cuentas y discrecionalidad en el otorgamiento de la concesión para el traslado de la basura a depósitos certificados. Es decir, la historia se repite y el monto del quebranto casi se duplica. La tesorería municipal pues, parece ser una pila de agua bendita, en donde todos meten la mano.

Si la capital exhibiera físicamente la posible inversión de dicha cantidad millonaria, con obras, con programas de beneficio social u otros, la misma ciudadanía rechazaría los señalamientos del nuevo gobierno. Pero no. Siguen muchas obras inconclusas pero pagadas, calles hechas un desastre, el sistema de semáforos en mal estado, la proliferación del comercio en la vía pública y otras promesas fallidas.

Por ello, generó una profunda molestia ciudadana que, en el nuevo Cabildo y en cargos al interior del ayuntamiento, se haya reciclado a personas, incluso con señalamientos serios de corrupción. Es decir, los nuevos no pueden hablar de buenas prácticas si tienen a los mismos que, en el equipo anterior contribuyeron a entregar malas cuentas.

Ya veremos si la investigación, respecto a las pruebas de responsabiidad administrativa, quebranto financiero o daño patrimonial en contra del municipio citadino, seguirá la ruta jurídica o si, por el contrario, no pasará de la vulgar denuncia y el balconeo mediático, como en el pasado. Es a la ciudadanía a la que habrá que darle explicaciones. Al final de todo son los mismos. ¿No acaso algunos han dicho que los de este gobierno, sólo pidieron prestado el membrete del Partido Verde Ecologista de México, pues ellos son y han sido de Morena? (JPA)