El análisis que hace Luis Rubio en su artículo del Reforma del 10 de octubre, titulado “Mundo Cambiante” sobre la coyuntura económica actual es en parte acertado.En efecto, la actual situación de la economía mundial podría ofrecerle a México oportunidades similares a las que tuvo después de la Segunda Guerra Mundial, mismas que dieron lugar al llamado “Milagro Mexicano”.
La tensión que existe entre los Estados Unidos de Norteamérica, Rusia y China, desestabiliza las cadenas de insumos, producción y de servicios. Por otra parte es verdad que el subsistema financiero poco a poco dejará de aliviar los dolores del subsistema productivo y de servicios por falta de liquidez y esto puede tener efectos recesivos y en las paridades monetarias. De cualquier forma, la necesidad de vincular las cadenas productivas sigue allí y lo mejor es que la infraestructura está intacta. ¿Qué hace falta para que México asegure la recuperación económica?
De acuerdo con Rubio, preparar a la población e invertir en infraestructura con la previsión de los cambios que pueden ocurrir en un mundo que se modifica día con día. En opinión del autor el gobierno lopezobradorista se ha ocupado de destruir los proyectos de inversión en infraestructura que ya se habían hecho y dejar para después los temas de educación y salud todo con la repulsión de capitales que habían visto a México como un mercado prometedor.
Desconozco si alguien de la administración lopezobradorista habrá comentado al respecto; por mi parte creo que Don Luis Rubio deja de lado en su análisis un aspecto esencial: la política.
Entre 1980 y 2018, México fue saqueado de diferentes maneras: por la corrupción en la administración pública y privada, por el saqueo de la riqueza nacional, por el desmantelamiento institucional y por tanto con la consecuente pérdida de soberanía y autonomía, haciendo a México cada vez mas dependiente de la poderosa élite que gobierna al país vecino.
La mayoría de las inversiones pactadas durante ese período y que pensaron deberían continuar en el mediano plazo, operaban bajo la lógica de saqueo, cuya repercusión social fue el empobrecimiento, la precariedad laboral de la mayoría de los mexicanos y una inaceptable desigualdad económica.
El hartazgo popular se expresó en la votación del 2018 a favor de MORENA y su candidato, ahora, los responsables del saqueo se rasgan las vestiduras e imaginan conspiraciones en las que involucran a Cuba o a Venezuela, China o Rusia, da lo mismo, porque son producto de la fiebre paranoica de no aceptar la consecuencia de sus actos.
Asumir las recomendaciones del Dr. Rubio en condiciones similares a las del 2018 sería estúpido porque, lejos de garantizar un desarrollo incluyente, profundizaría la desigualdad y continuaría con la venta de México.
La política del presidente Andrés Manuel López Obrador quizás busque recuperar un mínimo de autonomía y buen gobierno, comenzando por dar al Estado el control de sectores estratégicos como el energético, la reducción de la desigualdad y la corrupción que tanto lastiman. El problema es que lograr lo anterior requiere de tiempo y el que le queda al gobierno lopezobradorista no será suficiente.
Por eso es tan importante el 2024 y el gobierno que asumirá el poder. Si algo hay que observar críticamente del gobierno lopezobradorista es que parece dejar de lado la organización popular en aras de priorizar la transición hacia el 2024 con un gobierno (¿pactado?) que pueda continuar con las prioridades de la 4T.
Como el predominio de la política sobre la economía continuará, opino que mientras tanto habrá que resistir con objetivos claros y a largo plazo que la actual administración parece no tener. El objetivo estratégico sería construir gradualmente la emergencia de México en el escenario internacional en condiciones internas de un gradual desarrollo con menos desigualdad, más seguridad social, menos violencia y mas y mejor educación.